A mí me gusta cantar,
Canto porque me apetece.
Y cuando suelto mi canto,
mi canto me pertenece.
Vine porque me lo estaba suplicando el corazón.
El Kanka.
Hay ríos, cascadas y saltos de agua que, dentro del mar, corren densas en acto de fé; aguas hipersaladas que por más que avancen y se encaucen no van a desembocar nunca. Procesos que solo llegan a otros procesos, como estas, mis escrituras, que siguen viaje como agua dentro de otras masas de agua, y dentro de otras masas de agua, perdidas en el ciberespacio, sin llegar a ser delta o estuario, solo rías intramarinas que suben y bajan serpenteando la indomable pleamar.